Desde que se inventó el motor, no ha parado de evolucionar hasta el punto de convertirse en indispensable para un sinfín de sectores e industrias, además de para otros muchos y aplicaciones de carácter doméstico. Podemos encontrar motores en grandes cadenas de montaje, vehículos de todo tipo, maquinaria… Así mismo, en nuestro hogar el motor está presente en electrodomésticos como la lavadora, el frigorífico, el aire acondicionado o un simple cepillo de dientes eléctrico. Tan cotidiano y habitual que no reparamos en que prácticamente todo aquello que se mueve, requiere de un motor y la energía necesaria para ponerlo en marcha.
A nivel industrial los motores son esa amalgama de fuerza y precisión que constituyen la esencia de la producción moderna. Se trata de los músculos detrás de la maquinaria pesada que hace posible la producción, siendo la fuente de energía necesaria para impulsar el movimiento que requiere el mundo de la industria.
Dentro del complejo engranaje de la fabricación en todo tipo de industrias, los motores industriales son el pilar que sostiene la producción impulsando la misma desde las líneas de montaje hasta la maquinaria más imponente y pesada. Empresas como Mínguez se encargan de que el mantenimiento y la reparación de estos motores este siempre a punto para que las fábricas e industrias estén siempre a punto. Lo que desconocemos, es lo que se oculta detrás de esa impresionante carcasa de acero y cómo funcionan los motores industriales de manera que se pueda garantizar su eficiencia.
En estas líneas vamos a trata de descubrir esos secretos, las partes vitales de los motores, sus problemas más comunes y por supuesto, alguna de las soluciones más ocurrentes para que se mantengan en buena forma. Estos elementos indispensables, son como el corazón de los seres vivos, una parte esencial que hace posible que todo lo demás, funcione.
Energía en movimiento
Precisamente eso es lo que hace un motor: convertir la energía en movimiento. Desde los motores eléctricos hasta los de combustión interna, los motores son equipos capaces de alimentar a todo tipo de líneas de montaje, sistemas de bombeo, generadores y demás maquinaria pesada. Cada motor, cuenta con una serie de partes indispensables: bloques, pistones, culatas y sistemas de refrigeración. Si una de estas partes falla, todo lo demás, fallará.
Aparte de sus componentes, los motores industriales, se componen de dos partes principales diferenciadas entre sí: el estator, que es la parte fija del motor y se compone de bobinas de alambre que crean un campo magnético; y el rotor, la parte móvil del motor, compuesto por un conjunto de barras de metal que se mueven a través del citado campo magnético generado por el estator.
La rotación del rotor, se genera debido a la interacción existente entre el campo magnético del estator y las barras de metal que componen el rotor.
Entendidas estas partes diferenciadas, el motor se descompone en las siguientes piezas:
- El bloque del motor, constituye la estructura principal y en ella se encuentran los cilindros, pistones y el cigüeñal. De su buen mantenimiento depende el rendimiento general.
- La culata, cubre los cilindros del motor sellando y conteniendo la presión que se produce por la combustión. Es fundamental limpiarla y ajustarla adecuadamente para que todo funcione correctamente.
- Los pistones y las bielas, transforman la energía producida por la combustión, en un movimiento lineal que transmite la fuerza al cigüeñal.
- El sistema de refrigeración, permite que la temperatura del motor se mantenga constante y en su punto óptimo para evitar el sobrecalentamiento que puede dañar las piezas.
Dentro del sector industrial, existen muchos y diferentes tipos de motores industriales. Cada uno de ellos cuenta con sus propias ventajas y desventajas y son más o menos adecuados en función de la maquinaria. No obstante, los tipos más comunes que se pueden encontrar dentro de la industria son los siguientes:
- Los motores de inducción, que son los más comunes, eficientes y fiables a precio asequible.
- Los motores síncronos que son más eficientes que los anteriores, aunque tienen un mayor coste. Se utilizan generalmente para aplicaciones industriales donde es necesario un alto rendimiento y mayor generación de energía.
- Los motores de corriente continua que son menos comunes pero más versátiles, pudiendo funcionar a velocidades variables.
Los motores eléctricos convierten como ya hemos dicho, la energía mecánica de rotación por medio de los campos magnéticos, por lo que se consideran máquinas eléctricas rotatorias. Algunos de estos motores, son reversibles, por lo que es posible que con ellos, se pueda convertir la energía mecánica en eléctrica ejerciendo la función de generador o dinamo.
Los motores industriales y sus problemas más comunes
La mecánica, por muy avanzada que este su tecnología, siempre puede presentar problemas de mayor o menor envergadura. Un mal mantenimiento o el desgaste propio del funcionamiento, puede desembocar en problemas que deben ser solucionados lo antes posible.
Algunos de esos problemas, bastante habituales son el sobrecalentamiento o las fugas de aceite. Así como la pérdida de potencia. El primero de ellos, se produce fundamentalmente a causa de la falta de refrigerante o un sistema de refrigeración o enfriamiento adecuado. Para prevenirlo, es conveniente revisar los niveles y posibles fugas y limpiar los radiadores de forma periódica. En cuanto a las fugas de aceite, pueden adelantar el desgaste de las juntas o sellos. Inspeccionar meticulosamente las zonas que cuenten con juntas o estén selladas para comprobar y reemplazar las partes dañadas, es parte del mantenimiento básico. Las pérdidas de potencia, pueden ser a consecuencia de filtros de aire sucios o sistemas de combustible obstruidos, limpiar y cambiar los filtros de forma regular, evitara esas pérdidas.
La mayoría de los problemas que presentan o pueden presentar los motores industriales, pueden minimizarse llevando a cabo un mantenimiento adecuado de los mismos. El mantenimiento básico es esencial para garantizar que los motores funcionen de manera fiable y por mucho tiempo. El mantenimiento preventivo puede ayudar a evitar que se presenten fallos y sus consiguientes reparaciones de mayor coste. Hacer revisiones periódicas del aceite, los filtros y el sistema de refrigeración es crucial para prolongar la vida de los motores y que funcionen de manera eficiente.
Algunos consejos a tener en cuenta a la hora de mantener en buen estado y condiciones los motores industriales pueden ser:
- Llevar a cabo las inspecciones periódicas necesarias y propuestas por el fabricante. Revisar los motores de forma periódica ayuda a encontrar lo signos de desgaste y daño.
- Cambiar el aceite y los filtros con la frecuencia necesaria. Aceite y filtros son elementos esenciales para que un motor industrial goce de un buen funcionamiento. Conviene cambiarlos con la frecuencia recomendada por el fabricante o en su defecto, cada mil kilómetros.
- Mantener limpias las zonas colindantes de los motores, puesto que la suciedad y los escombros pueden propiciar el sobrecalentamiento y los consiguientes daños producidos en los motores.
- Hay que mantener los motores correctamente equilibrados puesto que un motor desequilibrado puede generar vibraciones y daños.
- Realizar pruebas de diagnóstico hace posible identificar problemas con anticipación a que se produzca el fallo y los motores dejen de funcionar.
De modo general, los expertos en la materia, aconsejan realizar revisiones completas cada quince mil kilómetros. Con estas revisiones se garantiza el óptimo funcionamiento de los motores industriales y la identificación de posibles daños.
En conclusión, podemos decir que los motores industriales están presentes en numerosos sectores y cuentan con una amplia variedad de aplicaciones. Dentro de la industria, en la que más se puede valorar el uso e importancia de los motores, se encuentra en la manufactura, es decir, todo tipo de fábricas de sectores tan diversos como alimentación, tabaco, textil, maderera, plástico…
Los equipos más comunes que cuentan con motor dentro de la industria son las bombas, necesarias para la circulación de líquidos; los compresores para los sistemas de calefacción y ventilación o aire acondicionado; las herramientas neumáticas; los ventiladores; los sistemas de refrigeración… Además de la maquinaria para el procesamiento de materiales como los molinos, tornos o rectificadoras; la manipulación como las cintas transportadoras, elevadores o grúas, etc.
Las características que presentan o deben presentar los motores industriales, son las que hacen que sean ideales para utilizarlos en todas las aplicaciones reseñadas y algunas más. Algunas de esas características que los hacen tan indispensables son:
- Su alta potencia puesto que poseen una gran capacidad para generar energía mecánica, convirtiéndolos en adecuados para ser utilizados en maquinaria y equipos de grandes dimensiones.
- Robustez, ya que están especialmente diseñados para soportar las condiciones más duras de trabajo.
- Fiabilidad, porque están fabricados y preparados para ofrecer confiabilidad a los usuarios, pudiendo funcionar de manera ininterrumpida durante largos periodos.
- Flexibilidad, puesto que se adaptan a cualquier uso y aplicación, haciéndolos muy versátiles.
Los motores, industriales o no, son esenciales en nuestra vida diaria. Como decíamos al comenzar este post, encontramos motores de todo tipo y tamaño en prácticamente todo lo que tenemos alrededor. Desde la lavadora de nuestra casa hasta el motor del coche o los sistemas de aire de los centros comerciales. El motor es el elemento que impulsa el movimiento y el movimiento, es vida.